sábado, 28 de febrero de 2009

Cómo salir de Chueca en nave espacial


Quién pudiera estar en Sao Paulo, conduciendo en paralelo al camión que avanza junto al graffitti. Veinte metros más adelante hay un atasco del infierno. Uno de esos atascos que te hacen odiar una ciudad. O amarla, porque tienes más tiempo para mirarla. Ahora mismo daría lo que fuera por ser Arthur Dent. Tomaría una cerveza con Ford Prefect, leeríamos juntos la "Guía del Autoestopista Galáctico" y subiríamos a la nave de Zaphod Beeblebrox. Un pirata de dos cabezas puede ser un buen piloto para salir de Chueca y en menos que canta un gallo plantarte en la rodovía Ayrton Senna antes de que el mundo se acabe.

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