lunes, 12 de noviembre de 2012

Una retahíla de ti

Cada día me parezco más a ti. No me doy cuenta durante el día, pero cuando llega la noche y me quedo sola -esos escasos días en los que me quedo sola-, me miro en la pantalla del ordenador y me veo igual que tú.
Idéntica.
Me pregunto por qué nos parecemos tanto. Por qué, en secreto, pienso con tus palabras, hago tus gestos y todo me importa un carajo.
Me parezco a ti en privado y no sé si eso me gusta.
Soy de las que prefiere pensar que conmigo rompieron el molde.
Y sin embargo, cuando llegan estas noches en las que el otoño no es más que una retahíla de hojas que caen al suelo, se me ocurre que no está mal haberte conocido cuando tenías pecas en la cara, ahora, que se te están borrando de tanto proyectarte en la pantalla.
Y me pregunto qué habrá sido de ti. Por dónde andarás ahora que en el norte sopla el frío y en el sur no. No sé si sigues yendo a tu bola, como solías, porque las fotografías que llegan de ti no son de fiar. Cualquiera las puede interpretar y acertará.
Cada día me parezco más a ti y, lo curioso del caso, es que tú solo sabes de quién hablo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Morocha


Disculpa por responder completamente fuera de contexto, pero me puse a escuchar un CD de Batiatto y recordé que me prestaste música suya. Supongo que wheel devolvió el préstamo. Besicos.

Gracia Lacal dijo...

Gracias por estar ahí