domingo, 12 de julio de 2015

West by Southwest

Lauryn Hill toca a estas horas en Barcelona, en los bares en los que no estás nadie habla de Grecia, y aquí sopla el viento fresco. Lo bastante fresco como para montar el teclado en la terraza, encender unas velas para distinguir algo más que Venus y Júpiter en linea, y teñir la noche de verde con un par de caladas y un largo parpadeo.
Ni tan mal, te dices. Perfecta noche de sábado para un sábado noche. 
Tampoco está mal caminar desnuda por la casa y practicar el onanismo en cada esquina mientras piensas en las visitas que vendrán y en las que no vendrán.
O vender tu alma a Radio 3  y escribirle un panegírico al que se lo ocurrió pinchar música como la que suena, justo ahora.
Todo es tan perfecto hoy que no importa interrumpir la idea de un baño nocturno para atender esa llamada que te pide un poco de batería extra para cambiar de vida, Será por baterías, te dices.
Con el bikini de camuflaje puesto, te escondes en la maleza, acechas entre las sombras y, segura ya de que no hay nadie, te dejas hundir en el agua de una piscina que, a horas tan poco recomendable, a los vecinos no les gusta que utilices. ¿Qué serán las horas poco recomendables?, te preguntas, pero dejas la duda sin responder porque hoy el agua te tira más que la curiosidad. O tal vez sea eso, curiosidad, el fenómeno que empuja tu cuerpo al fondo de la piscina para observar cómo reacciona tu pelvis a la humedad. 
Sales del agua al certificar que la reacción es positiva y entras de nuevo en la casa para anotar ciertas observaciones antropológicas que mantendrás en secreto para que la noche, que sigue siendo verde, no cambie al color púrpura. 
Pensar en Prince le da un nuevo giro a la noche que, a estas alturas, se va volviendo cada vez más interesante. Tal vez, sin tú saberlo, la gente que danza por tu cerebro ha encontrado la combinación que abre la tapa de tus sesos y anda suelta por la casa. Mejor, te dices, me vendrá bien un poco de compañía para hablar de festivales de verano; de si hay belleza o no en los hombres que corren delante de los toros; de que esperas que el atrevimiento de Harper Lee al publicar su centinela, merezca la pena, o de la probabilidad de que la NASA guarde entre su material clasificado pruebas de vida extraterrestre. Ni una palabra sobre quién ganará las timbas de poker que se juegan en Bruselas. Nadie quiere aventurarse.
Tras la charla, metes un timelapse y la magia de la elipsis trae de nuevo el silencio.
Ratificas una buena noche de sábado con un último paseo por tu cuerpo.
No sabías que esta noche iría de privilegios. 
Está claro que vas con la vida en los talones.


3 comentarios:

ChemaX dijo...

En Bruselas han cambiado el poker por el bingo : http://www.politico.eu/article/summit-bingo-european-council-greece-bailout-negotiations-default-grexit/

Gracia Lacal dijo...

Y van a peor, me temo

Yol dijo...

Vuelves a escribir en el tórrido verano