domingo, 22 de enero de 2012

Abre los ojos


Navegantes en raros artefactos han tomado mi casa. Echo un vistazo alrededor y veo todo tipo de seres que me observan. Hay tres monos, un tucán y un loro. Un Dalí con orquídea en la oreja un cerdo de plástico que aún espera que le eche un euro por la herida que lleva en el lomo, dos vacas, un cangrejo imantado en la nevera, un camello haciéndose una foto en Lanzarote, una bañista en la pared y hasta un rastahfari sentado en un cenicero. Aquellos que hayan pasado por mi casa saben que no miento.



Los de la foto son del comando de reconocimiento, de eso estoy segura. Viajan en una bicicleta que propulsa un globo aerostático. Cuanto más pedalean, más alto vuelan. Llevan años ahí colgados, surcando su propio cielo, y hasta hoy ni siquiera me habían mirado. Andaban en su mundo. O yo en el mío.



Decía Gerald Durrel, en la Guía del naturalista aficionado, que le interesaba tanto el comportamiento de los gorriones que volaban en su jardín como el de un león en celo en la sabana africana. La razón que daba era que todos compartían con él el mismo planeta. Y añadía, además, que no lograba hacer prevalecer sus derechos humanos sobre los del escarabajo de la patata.



Compañeros de viaje hemos tenido todos. Puede ser un escarabajo negro o dos exploradores de latón y cera que cobran vida, te enfocan con un catalejo y te miran directamente a los ojo y te dicen:

- ¿Quién eres?

- Soy yo _respondes.

Y ellos insisten.

- ¿Y quién es yo?

Ahí es dónde te han pillado. ¿Quién eres tú en este pequeño universo de muñecos que hablan?

- Pues no sé muy bien_ murmuras_. ¿El ser humano?

- Pues abre los ojos. ¡Ábrelos! y decide quién eres.



Y los abro, claro que los abro. Pero sobre lo de decidir quién soy, ya lo pensaré mañana.

2 comentarios:

toni prat dijo...

exquisito...!!! genial...!!! una descripción muy poética...i...divertida...

Gracia Lacal dijo...

No he sido yo, han sido los invasores de mi mundo privado.